En
contraste, el 15 de junio de 1814 el Congreso de Anáhuac terminó de redactar el
Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, mejor conocido
como la Constitución de Apatzingán. Fue proclamada el 22 de octubre y estaba
dividida en dos títulos: principios o elementos constitucionales y forma de
gobierno, la cual se sustentó en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y
Judicial. Fueron tres miembros en los que recayó el Poder Ejecutivo: José María
Liceaga, José María Cos y José María Morelos. A pesar de que a este último se
le había retirado del cargo político en 1813, nuevamente se le confirió el
puesto, pero esta vez, para ejercerlo de forma compartida. Sin embargo, el
decreto constitucional impedía a los miembros del Ejecutivo mandar tropas y
solamente podían ejercer acción militar bajo circunstancias extraordinarias y
con el correspondiente permiso del Congreso. De esta forma, el siervo de la
nación entró en un período de aletargamiento militar.
Después
de la promulgación de la Constitución de Apatzingán, Vicente Guerrero fue
designado para emprender nuevamente la campaña en Oaxaca, aunque al principio
no fue reconocido por Ramón Sesma que se encontraba en Silacoayoapan y era fiel
a Rosáins. El Congreso de Anáhuac envió a Francisco Arróyave para sustituir a
este último, pero lejos de obedecer las órdenes, Rosáins lo mandó fusilar bajo
el cargo de traición el 21 de diciembre de 1814 en un paraje del cerro Colorado
conocido con el mote de la Palma del Terror. Por otra parte, el insurgente
Víctor Rosales logró apoderarse de un cuantioso botín en el mineral de Pinos de
Zacatecas. A finales de noviembre de 1814, el realista Ciriaco del Llano fue
derrotado por Ramón López Rayón y Epitacio Sánchez en Maravatío, pero casi al
mismo tiempo Agustín de Iturbide venció y liquidó a Manuel Villalongín en
Puruándiro. Con la finalidad de prevenir cualquier desembarque de armas
destinado a los insurgentes, la costa de Nautla fue asegurada por el coronel
realista Manuel González de la Vega.
En
marzo de 1815, Iturbide y Del Llano unieron sus fuerzas para atacar el cerro
del Cóporo, el cual estaba resguardado por Ignacio y Ramón López Rayón, el
ataque dirigido por los tenientes realistas Vicente Filisola, Juan José
Codallos, Pablo Obregón y Ramón de la Madrid fue repelido. Ese mismo mes, el
coronel realista Márquez Donayo sorprendió a Rosáins, Sesma, y Mier y Terán en
Soltepec. Tras la frustración de la derrota, Rosáins mandó realizar nuevos
fusilamientos, pero sus excesos provocaron que sus compañeros desconocieran su
mando militar. En julio de 1815, después de una derrota de los insurgentes en
Jilotepec, Epitacio Sánchez se acogió al indulto del gobierno virreinal. El 27
de julio, en Jamapa, Rosáins fue perseguido y vencido por los propios
insurgentes; una vez capturado se le remitió al Congreso de Anáhuac, pero se
logró fugar en las inmediaciones de Chalco y solicitó el indulto realista, el cual
le fue concedido por el virrey Calleja en octubre de 1815. En respuesta a las
peticiones que realizaron los comerciantes de Cádiz a Fernando VII, un
contingente de dos mil realistas, al mando del brigadier Fernando Miyares y
Mancebo, desembarcó en Veracruz. Entre agosto y septiembre, Miyares comenzó su
campaña en contra de Guadalupe Victoria en Puente del Rey, así como contra
Manuel Mier y Terán en las cumbres de Acultzingo.

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